Tanzania es el hogar del Kilimanjaro, la montaña más alta de África que alberga cinco zonas climáticas, cada una con su propia vegetación. La gran altitud ha creado hábitats para formas de vida inusuales, como la planta de tierra gigante de aspecto alienígena y la delicada flor de elefante, así como diversas especies animales, desde bosques montañosos y desiertos, hasta hielo y nieve en las alturas formando así parte del grupo conocido como las 7 cumbres y es la cuarta montaña más alta del mundo detrás del Everest (Nepal y China), el Aconcagua (Argentina), y el Monte McKinley (Estados Unidos). La ruta más popular es Machame o ‘Whisky’, que te lleva a la cima desde el suroeste, pasando por la selva tropical, el brezal y el desierto alpino. Pero este patrimonio de la Humanidad declarado por la Unesco no es sólo para los expertos en trekking ya que no es necesario llegar hasta la cima para vivir una experiencia inolvidable; hay miles de formas de conocerla, entre ellas, caminatas cortas con almuerzos de picnic en la montaña.